Audiolibro La Vuelta al Mundo en 80 Días

Phileas Fogg parecía conocer el mundo mejor que nadie, pudiendo dar consejos precisos y concisos sobre los mil rumores falsos que solían circulan en el club sobre viajeros desaparecidos o perdidos. Muy probablemente hubiera viajado, pero de hecho no había salido de Londres en muchos años. Sus amigos más íntimos afirmaban que salvo su cotidiana caminata de su casa al club, nadie había visto a Phileas Fogg en otra parte. Su único pasatiempo era leer los periódicos y jugar al whist, en el que siempre salía victorioso, aunque jamás se llevaba el dinero ganado con sus triunfos, sino que se lo donaba a causas benéficas. Alfinal, Phileas Fogg jugaba por el juego en sí, por el desafío de la dificultad, sin necesidad de moverse ni agotarse físicamente, cosa que encajaba perfectamente con su personalidad.