Audiolibro Scandalous Scotsman

Una caída por las escaleras, causada por un único Lego, mientras estaba envuelto en una toalla y vomitando una cantidad inmensurable de expresiones soeces, cuando mi teléfono salió volando. Me caí de culo y después fue a la sala de emergencias. Entre esas dos ocurrencias estaba una llamada por FaceTime, realizada por el teléfono que se sacudía, al número de un hombre que ni siquiera había mirado correctamente, el cual había visto más de mi cuerpo que cualquier otra persona desde mis tiempos en Tinder, hace más de un año. Después de tres llamadas rechazadas, me dirigí renqueando a la sala de emergencias antes de comenzar mi día ajetreado. La sala estaba abarrotada, pero cuando vi a la enfermera Bridget, madre de uno de mis alumnos, le expliqué mi situación y me apuró para insertarme en una sala de examen. Una hora más tarde, salí con muletas y con un glúteo magullado, un tobillo fracturado y una cita con un cirujano ortopédico a las cuatro de la tarde. Al llegar diez minutos tarde para esa cita, escuché el acento sexy pero descortés de un hombre que claramente tenía una obsesión con la puntualidad y, aparentemente, no tenía tacto. El Doctor Ethan Stewart, alto, cabello cobrizo y sinvergonzonamente sexy...era un total idiota. Después de un regaño por mi irresponsabilidad de por primero salir de la sala de emergencias con una lesión y luego llegar tarde, le respondí de forma aunque pensé haberlo puesto en su lugar...o así lo creía. Desconexionado por su arrogante actitud, conectado por la brillantez rebelde en sus verdes ojos y la forma en que hablaba, salí de su oficina muy excitada...y mojada. Al salir, mi teléfono sonó de nuevo. Era el mismo número de antes y no pude evitar contestar para gritarle algo. Una vez en mi carro, colgué el teléfono y lo arrojé al asiento del pasajero, para luego mirar a fuera y verlo con su teléfono a la oreja y una sonrisa a lo lejos. No podía ser...¿O sí?